El artículo del mes

Oremos por las intenciones del papa León por Pablo Cervera Barranco

Oremos por las intenciones del papa León confiadas a su «Red Mundial de Oración» durante el mes de septiembre 2025

Orar por el papa y sus intenciones pertenece a la esencia de la vida cristiana. Nuestra oración por el sucesor de Pedro se encuentra a diario en la plegaria eucarística, corazón de la celebración de la santa Misa: «Acuérdate, Señor, de tu Iglesia, extendida por toda la ­tierra, y con el papa Francisco…»

El papa confía cada mes a su Red Mundial de Oración, el Apos­tolado de la Oración, dos intenciones (una anunciada al comienzo del año y la otra en la inmediatez del mes en curso) que expresan sus grandes preocupaciones por la humanidad y por la misión de la Iglesia. Son una convocatoria mundial para transformar nuestra plegaria en «gestos concretos». Resumen su plan de acción para movilizarnos cada mes por un propósito concreto que nos invita a construir un mundo más humano y más divino.

Intención universal: Por nuestra relación con toda la creación

Oremos para que, inspirados por san Francisco, experimentemos nuestra interdependencia con todas las criaturas, amadas por Dios y dignas de amor y respeto.

San Francisco de Asís es conocido, entre otras muchas cosas, por su bello Himno de la criaturas. Desde el hermoso entorno de la Umbría, donde nació, se entiende esa alabanza maravillosa a todo lo creado como proveniente de la mano de un Dios bueno y artífice de la belleza. El hombre fue creado y puesto en medio de este jardín maravilloso que es la creación. Es verdad que recibió el mandato divino de llenar la tierra y someterla, pero ello no significaba que podía romper la armonía y el orden de lo creado. Todo es amado y, por ello, creado por Dios. Sin ningún acento panteísta, el Santo de Asís vio y cantó la huella del Creador. Acer­carnos a todas las criaturas nos integra mejor en el proyecto creador de Dios

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Ofrece al Sagrado y Dulce Corazón de Jesús todas tus buenas obras y ejercicios que realices, para que él los purifique y perfeccione. Es lo que su Corazón amado desea fervientemente, que siempre está dispuesto a perfeccionar las cosas imperfectas de manera más excelsa.

El asceta debe acostumbrarse a referir a la gloria de Dios, por intención correcta, todas sus acciones; unirse y unir, con la oración y el deseo, todo lo que hace y todo lo que sufre a las acciones y sufrimientos de Cristo. De esta manera, sus obras y sus molestias, que en sí mismas son viles, insignificantes e imperfectas, se volverán muy nobles, espléndidas y muy agradables a Dios. Adquirirán, de hecho, una dignidad inefable por la unión con los méritos de Cristo.

Venerable Luis Blosio

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 Ofrecimiento diario por la Iglesia y por el mundo

V/ Ven, Espíritu Santo,
inflama nuestro corazón
en las ansias redentoras
del Corazón de Cristo.

R/ Para que ofrezcamos
de veras nuestras personas y obras,
en unión con él
por la redención del mundo.

Señor mío y Dios mío Jesucristo:
por el Corazón Inmaculado de María
me consagro a tu Corazón,
y me ofrezco contigo al Padre
en tu santo sacrificio del altar,
con mi oración y mi trabajo,
sufrimientos y alegrías de hoy,
en reparación de nuestros peca­dos
y para que venga a nosotros tu reino.

Te pido en especial:
por el Papa y sus intenciones,
por nuestro obispo
y sus intenciones,
por nuestro párroco
y sus intenciones.