El artículo del mes

Oremos por las intenciones del papa Francisco por Pablo Cervera Barranco

«Red Mundial de Oración» (Apostolado de la Oración) durante el mes de Junio 2023

Orar por el papa y sus intenciones pertenece a la esencia de la vida cristiana. Nuestra oración por el sucesor de Pedro se encuentra a diario en la plegaria eucarística, corazón de la celebración de la santa Misa: «Acuérdate, Señor, de tu Iglesia, extendida por toda la ­tierra, y con el papa Francisco…»

El papa confía cada mes a su Red Mundial de Oración, el Apos­tolado de la Oración, dos intenciones (una anunciada al comienzo del año y la otra en la inmediatez del mes en curso) que expresan sus grandes preocupaciones por la humanidad y por la misión de la Iglesia. Son una convocatoria mundial para transformar nuestra plegaria en «gestos concretos». Resumen su plan de acción para movilizarnos cada mes por un propósito concreto que nos invita a construir un mundo más humano y más divino.

Intención universal: Por la abolición de la tortura

Oremos para que la comunidad internacional se comprometa concretamente en la abolición de la tortura, garantizando el apoyo a las víctimas y sus familias.

La maldad humana, que se remonta a las primeras páginas del libro del Génesis, se repite en la historia de maneras diversas. Es difícil aceptar la tesis roussoniana de que el hombre es bueno por naturaleza… A los hechos de maldad e iniquidad nos remitimos. Entre los más funestos frutos del mal está la tortura. Con ella, de manera física o psicológica, se trata de infligir daño deliberadamente con el fin de obtener una confesión o declaración. La tortura, pues, niega la dignidad humana más elemental. La petición papal de este mes busca que nuestra oración lleve a la abolición de la tortura. Los destinatarios de la tortura no son solo las víctimas directas, sino su entorno familiar y social más próximo. Oremos para que esta práctica inhumana sea abolida para siempre.

Ofrecimiento diario por la Iglesia y por el mundo

V/ Ven, Espíritu Santo,
inflama nuestro corazón
en las ansias redentoras
del Corazón de Cristo.

R/ Para que ofrezcamos
de veras nuestras personas y obras,
en unión con él
por la redención del mundo.

Señor mío y Dios mío Jesucristo:
por el Corazón Inmaculado de María
me consagro a tu Corazón,
y me ofrezco contigo al Padre
en tu santo sacrificio del altar,
con mi oración y mi trabajo,
sufrimientos y alegrías de hoy,
en reparación de nuestros peca­dos
y para que venga a nosotros tu reino.

Te pido en especial:
por el Papa y sus intenciones,
por nuestro obispo
y sus intenciones,
por nuestro párroco
y sus intenciones.