El artículo del mes

Oremos por las intenciones del papa Francisco por Pablo Cervera Barranco

«Red Mundial de Oración» (Apostolado de la Oración) durante el mes de Diciembre 2023

Orar por el papa y sus intenciones pertenece a la esencia de la vida cristiana. Nuestra oración por el sucesor de Pedro se encuentra a diario en la plegaria eucarística, corazón de la celebración de la santa Misa: «Acuérdate, Señor, de tu Iglesia, extendida por toda la ­tierra, y con el papa Francisco…»

El papa confía cada mes a su Red Mundial de Oración, el Apos­tolado de la Oración, dos intenciones (una anunciada al comienzo del año y la otra en la inmediatez del mes en curso) que expresan sus grandes preocupaciones por la humanidad y por la misión de la Iglesia. Son una convocatoria mundial para transformar nuestra plegaria en «gestos concretos». Resumen su plan de acción para movilizarnos cada mes por un propósito concreto que nos invita a construir un mundo más humano y más divino.

Intención universal: Por las personas con discapacidad

Oremos para que las personas con discapacidad estén en el centro de atención de la sociedad, y que las instituciones promuevan programas de inclusión que potencien su participación activa.

Nos basta ver a una persona con discapacidad para entender todo lo que implica esa situación. Cuando nos vemos limitados física o espiritualmente (rotura de huesos, operaciones, sordera…), nos acercamos a experimentar las situaciones de discapacidad. La sensibilidad de la sociedad lleva décadas desarrollando medidas de todo tipo para facilitar la vida de las personas que, de modo permanente, sufren la limitación o la discapacidad: evitar barreras, facilitar accesos… Esto hace que puedan vivir su vida con dignidad y más acorde con las personas que los rodean. El Papa pide que oremos para que se promuevan esos programas y acciones que no solo eviten la pasividad de las personas con incapacidad, sino que sirvan para su participación activa en la sociedad.

Ofrecimiento diario por la Iglesia y por el mundo

V/ Ven, Espíritu Santo,
inflama nuestro corazón
en las ansias redentoras
del Corazón de Cristo.

R/ Para que ofrezcamos
de veras nuestras personas y obras,
en unión con él
por la redención del mundo.

Señor mío y Dios mío Jesucristo:
por el Corazón Inmaculado de María
me consagro a tu Corazón,
y me ofrezco contigo al Padre
en tu santo sacrificio del altar,
con mi oración y mi trabajo,
sufrimientos y alegrías de hoy,
en reparación de nuestros peca­dos
y para que venga a nosotros tu reino.

Te pido en especial:
por el Papa y sus intenciones,
por nuestro obispo
y sus intenciones,
por nuestro párroco
y sus intenciones.